Los padres permisivos son aquellos que tienen poco control sobre sus hijos.
Para ellos, la educación se basa en la falta de normas y límites. Algunos son muy afectuosos emocionalmente, convirtiendo este medio en el único vínculo de relación que establecen con sus hijos, por lo que pueden descuidar o poner poca atención en la parte formativa.
Por lo general, los padres permisivos dan total libertad a sus hijos para que ellos tomen sus propias decisiones de lo que quieren hacer, cuándo y cómo; además de ser excesivamente tolerantes aun con conductas que nos les parecen adecuadas.
“Si quiere hijos considerados, cooperadores y flexibles, usted debe ser su modelo.
La disciplina permite ayudar a que el niño desarrolle el autocontrol y una noción de límites, experimente las consecuencias de su comportamiento y aprenda de sus errores. La disciplina no implica castigo o conflicto entre padre e hijo. Todos los niños necesitan la seguridad que brinda conocer las reglas y los límites de comportamiento; sin ellas se sienten perdidos. Necesitan manejar sus frustraciones.”
Razones que llevan a los padres a ser permisivos:
Cuando se convierten en padres siendo muy jóvenes.
Los padres que por querer ser “modernos” piensan que los límites, horarios o reglas pueden “traumar” a sus hijos.
Los padres con hijos “pilón”.
Los padres muy ocupados: aquellos que no tienen el tiempo para desempeñarse como padres por lo que el sentimiento de culpa los agobia.
Consecuencias de ser un padre o madre permisivo:
El resultado de este tipo de educación puede ser difícil de predecir. Ante la falta de normas y límites en el hogar, el niño se desarrolla desorientado, expuesto a que sean las relaciones interpersonales que viva fuera del hogar (amigos, escuela, medios de comunicación, etc.) sean quienes determinen sus principios y valores
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